Hay un silencio que aturde mi oído* izquierdo.
Y noche tras noche es el mismo recordatorio de siempre.
Aún no entiendo de razones sobre mi mal;
quizá necesario, o simple capricho de la naturaleza.
Viene a mí cada vez que tomo agua, que masco goma,
cuando me acuesto sobre mi lado derecho, más que del izquierdo.
Lo bueno es que se va al escuchar música,
al salir a la calle, al ir al cine, al escucharte hablar de ti.
Al escucharte hablar de vos.
Hablemos de luces,hablemos de nada,
hablemos de cosas de verdad,
de lo mortal.*
Hablemos de vos.
Cuando te oigo del lado derecho tienes mi atención, toda.
Pero cuando es del otro lado es diferente. Te siento y te tengo.
Es como si Dios me recompensara.
Tal vez no sea tan malo, después de todo.
Me acostaré de mi lado derecho y te tendré en mi oído izquierdo,
así tal vez se vaya.