20091123

.

Me metí en un estanque lleno de ti.
Lleno de trocitos de gelatina de sabores.
En donde cada pedazo era un sabor diferente.
Tus labios, tu cuello, tus piernas...
Y sigo nadando.


Hay días que tengo calor, otros en que tengo frío.
A veces me siento caer, otras resplando de gusto.
Ya sea que me duela una mano o sin motivo aparente, voy al estanque.
Y no importa el tiempo que pase. Media hora, cuatro horas, por mí que fueran más.


Nunca se seca, y siento como si esperara mi llegada.
Porque entonces aparece más gelatina de todos colores.
Me sorprende, me atrapa. Es por eso que no voy a ninguno otro.


No olvidaré el día en que me metí en el estanque lleno de ti.
En el que sigo nadando descubriendo nuevos sabores.